En la final de la Copa de Portugal, que disputaron el Benfica y el Vitoria de Guaimaraes, previo al inicio del encuentro el árbitro recibió el balón de una forma nunca antes vista.
En una patineta voladora, un hombre recorrió el estadio y aterrizó en el centro del terreno de juego, muy cerca de la línea lateral donde se encontraba el juez central que recibió sorprendido el balón por parte del ocupante de este innovador vehículo.
Al finalizar el encuentro jugadores e hinchas del Benfica celebraron la obtención del título tras vencer 2-1 a Vitoria de Guaimaraes, resultado que les permitió coronarse.
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