El grupo de Cantoras Esperanza y Paz de Tumaco, acompañadas por la agrupación musical Plu con Pla, presentan la primera producción musical que realizan de forma profesional. El Espectador y El Colectivo Orlando Fals Borda se encargaron de la producción del videoclip.
Grabemos un videoclip. El frenesí de una tarde de junio en la isla de Bocagrande (Tumaco), el olor del salitre, la adrenalina desbordada, el afán característico de hombre de ciudad- tan obsesionado siempre por el tiempo - la preocupación desmedida por querer sacar la mejor imagen posible, el ángulo perfecto, la escena de la consagración, el encuadre limpio, entre otras ansiedades, fueron aniquiladas de un tajo. El Pacífico transforma las energías. A las buenas o las malas. A la una o a las dos, como dice el viejo currulao.
Después de una extensa jornada de rodaje la noche apareció para cubrir con su manto profuso la playa y sus visitantes, pero con la noche también llega el silencio para potenciar las energías. Y entonces alguien o algo decide ponerle pausa al arrebato para darle la entrada a la contemplación. A la reflexión. Al llanto.
Lo que en el día fue una suerte de carrera de 100 metros planos, en la noche fue algo menos furioso que una carrera de barquitos de papel empujados por la brisa. Y entonces en escena aparecen ellas. Son las cantoras del grupo Esperanza y Paz de Tumaco, integrado por 20 mujeres familiares de personas desaparecidas. Y cantan ¿u oran? O más bien oran mientras cantan. Y cantan para resistir. Y oran para implorar. Tras escucharlas es imposible no pensar que tal vez la maldición ya cayó sobre un país al que se le dedican versos a un sepulcro.
Y otra vez operan las energías invisibles. Algo o alguien abre el grifo. Y las lágrimas empiezan a brotar sin parar. Sin control y además sin ganas de detenerlas. Hay que llorar, pero también hay que cantar mientras aparece el que desaparecieron con el poder de la bota y el fusil. “Si cantamos estamos reflejando el dolor, pero también cantar nos da esperanza. Es reposar el duelo para poder encontrar lo que siempre anhelas: La verdad”, dice Nury Cabezas, una de las integrantes del grupo.
Esa noche con su día, fue una de las cinco que duró el rodaje del videoclip que hoy estrena El Espectador junto con el Colectivo Orlando Fals Borda. Las protagonistas de este son las mujeres que conforman las asociaciones de familiares de desaparecidos de Tumaco, Luz de Esperanza y la Asociación de Familiares desaparecidos del Pacífico (Afadepac).
La canción se llama “Levanten las voces mujeres”, un canto que expresa el profundo sentimiento de resistencia y resiliencia de mujeres víctimas de desaparición y de los líderes y lideresas sociales del Pacífico Nariñense. Esta canción es una invitación a “levantar las voces, a decir que aquí estamos, que no nos abandonen, que tenemos derecho a buscar a nuestros seres queridos, que tenemos derecho a encontrarlos y derecho a tener derechos”, dice Nurys Angulo, otra de las mujeres que integran el grupo de cantoras.
Ese poder energético que se siente en el Pacífico también ejerció una fuerza telúrica para este proyecto al que se sumó la agrupación tumaqueña Plu con Pla. Harold Tenorio, su director, además de explicar que la metamorfosis obedece a la acción de deidades africanas como Watoto, Changó, el panteón Yoruba o a una vieja tabaquera, dice que la sinergia con las cantoras tiene su origen el respeto por la tradición.
“Fue fácil ensamblar con ellas. En la música tradicional hay que entender que cuando se trabaja con diferentes generaciones, el conocimiento generalmente lo tienen los y las mayores. Eso hay que respetarlo y apoyarlo. Para nosotros fue un ejercicio muy valioso interpretar y saber leer todo ese conocimiento que ellas tienen. Aunque ellas no se dedican a la música profesionalmente hablando, sí cantan en momentos rituales con sus comunidades. Ahí hay un conocimiento que para nosotros como grupo es muy valioso. El reto fue interpretar ese conocimiento y adaptarlo a la musicalidad que proponemos”.
Eso explica “Levanten las voces mujeres”. Musicalmente hablando es una mezcla entre bunde y afro beat con las voces puras de la ancestralidad del Pacífico.
Con esta canción y su videoclip, el Grupo de cantoras Esperanza y Paz, Plu con Pla y demás participantes de la producción, dan una lección de vida, de resistencia y de resiliencia. El grupo de cantoras se conformó , con el apoyo del Colectivo OFB, para tramitar los sentimientos de dolor y angustia que ha dejado el conflicto armado en el territorio a través del canto de arrullos y alabaos, como ejercicios de sanación y de recuperación de la memoria histórica.
En abril de 2019 ya nos habíamos visto. Entonces hicimos este micro documental. En realidad el videoclip que hoy presentamos nació ese día. “Levanten las voces mujeres” es su primera producción musical grabada de forma profesional, pero la génesis de esa obra y las que vengan, tiene una historia más antigua. Más profunda.
Esta canción es un homenaje a los líderes y lideresas sociales del Pacífico nariñense. Un reconocimiento a su fuerza, lucha y amor por su territorio. Es la primera producción musical que las cantoras hacen de forma profesional”, explicó Naya Parra, vocera del Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda (Colectivo OFB).
La canción es además una colaboración intergeneracional que contó con el apoyo del grupo Plu con Pla, conformado por talentosos músicos jóvenes de Tumaco. Un diálogo de sonidos y voces tradicionales, con batería, guitarra eléctrica y bajo, que ha dado como resultado una vibrante canción fusión de música tradicional del Pacífico.
Tomado: El Espectador.com
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